El SIBO y cagar

Aquí vengo a hablarte de mis mierdas, literalmente. Una de las grandes preocupaciones y ocupaciones cuando tienes SIBO es estar pendiente de tu tránsito intestinal porque la regularidad desaparece de un plumazo.

Cagar se convierte en el epicentro de tu terremoto interno y se apodera de muchos de tus pensamientos. ¿Haré caca hoy? o ¿dejaré de hacer caca hoy?, ¿qué color tienen las heces?, ¿a qué huelen?, ¿qué tamaño?, ¿qué textura? Te acabas convirtiendo en un bebé sin pañales al que su mamá examina con diligencia cómo le ha sentado la comida de ayer o la de antes de ayer o la de a saber cuándo.

Durante una temporada estuve viviendo en la Costa Brava, y de Cataluña me ha llamado siempre la atención que la cultura escatológica esté tan extendida, véase el Tió, el Patufet, el Caganer… Si me lees desde Cataluña, ya sabes a lo que me refiero. La caca está muy presente en el día a día y no como en inglés con el tímido shit o en alemán con su sonoroScheiße, sino que este tema se cuela en muchas conversaciones cotidianas. Cosa que agradezco mucho al pueblo catalán: normalizar hablar de mierda sin tapujos. Este es un bien que hay que proteger y potenciar. En este punto aprovecho para recomendarte el podcast de Soy como como, dirigido por una catalana que sabe mucho de tripas. Una genialidad con la que aprenderás un montón.

La escala de Bristol

¿Qué será lo que nos repele y al mismo tiempo nos fascina tanto de la mierda? Nos da asco y nos hace gracia. ¿Quién no se ha reído con un chiste de pedos? Si te fijas, las tiernas criaturitas no paran de hablar de caca, culo, pedo, pis. Menuda fijación tenemos ya desde nuestra infancia. Y con los años se disimula pero no se pierde.

Desde hace un tiempo me acompaña una captura de pantalla en el móvil que es como el oráculo de los excrementos: la escala de Bristol. Te anticipo que la respuesta del oráculo es siempre una mierda. Ahora bien, ¿cuál de ellas?

Empezamos de mayor a menor por numeración:

  • Las caquitas del 1 y 2 son signos de estreñimiento;
  • la 3 es normal, pero la 4 es la considerada perfect ;
  • la 5 indica falta de fibra;
  • la 6 y la 7 son claramente diarréicas o las también llamadas Pollock.

Esta escala sirve de orientación si tienes un tránsito muy cambiante, que será el caso si tienes SIBO. Pero no siempre es esclarecedora, también te lo digo. A veces mi intestino grueso se pone creativo y no hay Bristol que clasifique lo que sale por el ano. Imposible.

Hemorroides: ya no las sufro en silencio

Y hablando del ano, una de las más fieles compañeras del estreñimiento son las hemorroides. Hermosas almorranas que te hacen sufrir al defecar lo que no está en los escritos.

Esto es un mal muy extendido que me hace recordar un anuncio de antaño que decía algo así como: „hace años que sufro en silencio las hemorroides“. Pues muy mal, señora, de las almorranas hay que hablar, ponerlas sobre la mesa, no literalmente, entiéndeme, pero compartir la experiencia y ver qué hacen otras personas en esa situación.

Hay cremitas y supositorios muy eficaces, pero en mi caso algunos supositorios me daban reacción. Sin embargo, una crema bastante efectiva con la que no tengo problemas es la de la marca Klosterfrau*.

Una buena alternativa a los supositorios y a las cremas son los baños de asiento con sales de Epsom. No sé quién era este o esta tal Epsom, pero qué gran invento sus sales, le doy la enhorabuena. 

Como sabrás, en Alemania eso de tener bidé no se lleva, así que después de mucho buscar ¡encontré un bidé plegable! Bueno, plegables son las patas, lo otro es un barreño como los de bañar al Nenuco, pero en este caso pones en remojo tus partes nobles alrededor de 20 minutos. Para esto tengo un ritual que te describo a continuación:

  • Pongo el bidé plegable dentro de la ducha 
  • Caliento agua a unos 50° – 60° con el hervidor*
  • Mientras tanto pongo una cucharada de sales de Epsom* en el barreño
  • Cuando el agua llega a 50°, la echo al bidé
  • Añado dos o tres gotas como mucho de aceite de árbol de té*
  • Añado una o dos cucharadas de tintura de camomila* y remuevo con una cuchara
  • Luego pongo un litro y medio más de agua fría en el barreño
  • Para terminar, te sientas y esperas

Como tengo que estar 20 minutos ahí sentada y me aburro, me aficioné a ver un capítulo aleatorio de Friends que dura más o menos lo que el baño de asiento. Tengo un taburete* sobre el que pongo el ipad*, pero tapo la cámara para no tentar a la suerte y que el Big Brother esté asomado en este momento tan íntimo.

Para entretenerte puedes poner otras series, Friends o cualquier otra cosa que tenga esa duración, yo es que soy una nostálgica y aprovecho para ver la serie en inglés que es muy graciosa. Un podcast también vale, o simplemente poner la alarma del móvil, si quieres estar en modo zen con tu culito en remojo.

Mi consejo es que te abrigues bien con una chaqueta o un forro polar calentito para que no te quedes fría ese rato. En los pies me pongo unas chanclas para no pisar el suelo frío de la ducha, y sobre el regazo me pongo una toalla de manos que se acaba mojando un poco pero no es grave.

Y así me quedo esos 20 minutos viendo series con el culo puesto a remojar. Cuando termino, me seco bien, me visto rápido y vacío el agua del bidé en la ducha. Después limpio el bidé con agua y algún jabón suave y lo dejo secándose para el día siguiente.

Los baños de asiento recomiendan hacerlos tres días seguidos y después hacer pausa. Lo importante es que no te quemes con el agua, comprueba qué temperatura toleras y la vas adaptando a tus necesidades.

Estreñimiento y SIBO

Lo mejor sería poder ahorrarse el ritual de los baños de asiento y no tener hemorroides, pero en el caso del estreñimiento es difícil librarse de estas pesadas compañeras de viaje. A través de la alimentación se puede conseguir regular un poco.

Por ejemplo, para intentar ir al baño a diario, tomo cáscaras de psyllium o Indische Flohsamenschalen* en alemán. De estas tomo 2 o 3 cápsulas por la mañana antes de desayunar. Pero cuidado, que si las tomas durante el desayuno tienen el efecto contrario y te estreñirán más. Si tienes diarrea, quizá te interesa, pero yo no lo he probado con ese fin y no te puedo decir si de verdad ayudan en ese caso.

También acostumbro a desayunar porridge de Teff *o pan sin gluten con semillas de lino molidas*, estas últimas muy útiles también para dejar el intestino más esponjoso y que la comida circule mejor. 

Si lo toleras y no te da reacción, incopora en las comidas aceite de oliva virgen extra con especias, le dará vidilla al intestino y te ayudará a engrasar esa tubería inmensa que llevamos en el centro del cuerpo. Ah, y ojito con pasarse con la fibra porque no siempre cumple con lo que promete. 

Volveré a hablarte de mis mierdas, de esto no me cabe la menor duda. Este tema da para largo.

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