El SIBO y el sistema sanitario alemán

No me quiero quejar del sistema sanitario alemán, pero me voy a quejar del sistema sanitario alemán. 

Antes de empezar con mi historia del SIBO y convertirme en Sibolina en Alemania, yo no tenía muchas pegas por tener que ir al médico. Iba, me atendían mejor o peor, y me volvía a casa con una receta, un tratamiento, una baja o lo que tocara.

Todo es jiji jaja cuando tienes un resfriado, necesitas una receta o te haces un chequeo anual. Ahí no hay más problema que el conseguir una cita más o menos pronto con la especialista que te inspire confianza y andando.

La cosa cambia, sin embargo, cuando de pronto tus síntomas no encajan en los formularios ni en los conocimientos que tenga el profesional de la salud al que has acudido. No encajas en ningún patrón, te mandan de A a B a C a A a C para volver a B sin haber resuelto nada. De pronto estás sola ante el peligro, allá tú con tus dolencias. Toma, una baja de una semana porque lo tuyo es estrés. Die Nächste, bitte!

Ya sabes que en Alemania está el sistema de „castas“ en la que los pacientes que pagan carísimos seguros privados son atendidos antes, les dedican más tiempo y les cubren casi cualquier tratamiento sin rechistar. Y luego estamos la plebe, con derecho a un buen servicio sanitario pero sin venirnos muy arriba, a ver qué nos vamos a pensar. Con nuestra presencia de Kassenpatient:innen no hacemos sonar precisamente eso, la caja, y de ahí que hasta para un burdo análisis de sangre te llegue al cabo de unos días la factura porque resulta que analizar la Vitamina D no lo cubre tu Kasse. Chachi, Alemania, el capitalismo sanitario funciona.

Por ese motivo, muchos de los tratamientos que he ido haciendo no han sido posibles por la seguridad social, o quizá sí eran posibles pero con ridículas fechas para citas, en las que tienes que esperar 15 meses para una primera consulta de 15 minutos. En un plazo de 10 meses visité más de 18 especialistas de diferentes ámbitos, di más vueltas que una peonza y me tuve que organizar para llegar sola a la conclusión de que lo mío es SIBO

Me autodiagnostico SIBO

Con mis síntomas cada vez más agresivos, me empiezo a deseperar y a entender cada vez menos mi cuerpo. Leí mucho por Internet, consulté a personas cercanas, hablé con médicos de Grecia y España para contarles mi caso… Y en ese tiempo a mí se me iban acumulando los problemas: llegué a perder en 2 meses 20 kilos, se me inflamaba la lengua solo con beber agua, durante una temporada me alimenté exclusivamente con carne porque cualquier otro alimento me provocaba reacciones alérgicas o me daba un miedo atroz probar cualquier cosa que no fuera pollo o ternera.

Mi impresión ha sido y es que cada visita a un especialista me daba la pieza de un rompecabezas que yo misma tenía que ir construyendo y deduciendo qué es lo que me pasa. Me he convertido en la Project Manager de mi SIBO.

Por recomendación de una buena amiga, me puse en contacto con un profesional de la salud de Girona que me hace las veces de Health Couch a distancia para entender las pruebas que voy acumulando, me da orientación para solicitar nuevas pruebas, me indica qué suplementos tomar o qué soluciones puedo poner a mis dolencias.

Al final, todo esto me recordaba a un videojuego donde tenía que ir saltando de una pantalla a otra y cuando estaba perdida o no avanzaba, llamaba a mi Wizard Joaquim para que me saque de donde estoy. Y siempre con éxito. 🙂

Mi consejo ante todo es que no te pares después del primer diagnóstico. Busca ayuda, si hace falta utiliza parte de tus ahorros para consultar a especialistas privados con tal de seguir adelante. No tengas miedo de invertir dinero en tu salud, sé muy cabezota, pregunta, pregunta y vuelve a preguntar. Sobre todo, ten el valor de afrontar los cambios en tu vida que te aporten bienestar. Con un poco de disciplina y paciencia te vas a ir encontrando mejor.

Insegura con el seguro

Si aún no tienes seguro en Alemania y ya has ido al médico, o bien te han llegado después unas facturas astronómicas, o no te han atendido. Durante unos meses puedes usar el seguro sanitario europeo, pero solo si no tienes Anmeldung en alguna ciudad o lugar de Alemania. Es decir, solo si no eres residente y estás de paso como turista.

Para que te atiendan, te tienes que dar de alta en un seguro que tienes que elegir tú. En Alemania hay muchas aseguradoras, las más conocidas son la Techniker Krankenkasse y la AOK, pero encontrarás más. Y si vas a las privadas entonces ya puedes echar el día comparando entre aseguradoras a ver cuál te compensa más.

Hay diferentes formas de darse de alta. Por lo general, cuando llegas aquí y empiezas a trabajar, entonces te das de alta aportando los datos de la empresa que te contrata.

Si estás casada o casado y aún no tienes seguro, puedes pedirle a tu pareja que te incluya en el seguro familiar. Si no trabajas y no tienes seguro familiar, tienes que pagar el seguro por tu cuenta, y sale bastante caro al mes.

Digamos que eres como un coche, no puedes circular con tus bacterias desenfrenadas sin seguro. Creo que en la mayoría de los países de Europa funciona igual.

En Alemania, tienes muchos servicios que están incluídos en tu seguro. La colonoscopia y gastroscopia son dos pruebas que te las cubren en cuanto un médico te da el volante para ello.

En Hamburgo, por ejemplo, cuando te den cita para un especialista, que en este caso sería de lo gástrico, pide en la misma consulta del médico de cabecera que te den el número de teléfono o el nombre de los especialistas que hacen esa prueba. Como la seguridad social no está organizada por centros de salud, tienes que buscar por tu cuenta la clínica o la consulta que corresponda.

En mi búsqueda frenética de especialistas me ayudó mucho la App de Doctolib. Allí puedes pedir citas online, ponerte en lista de espera, mirar qué médicos están disponibles a tu alrededor… Si no conoces esta app, échale un ojo porque te ahorrará tiempo y te calmará los nervios.

Vamos a acumular papelotes

Si ya has pasado por la fase de que te han diagnosticado aunque sea Reizdarm, ahí podrás pasar al siguiente estadio que es pedir cita en una nutricionista. Esto suena de primeras facilón, pero requiere una serie de papeleos que debes rellenar, y son los siguientes:

  • Kostenvoranschlag: Un presupuesto con los costes aproximados de las consultas, esto te lo enviará la misma nutricionista.
  • Notwendigkeitsbescheinigung: O lo que viene siendo un papel en el que el médico que te ha hecho el diagnóstico certifique que necesitas acudir al o a la nutricionista. De esto también te madarán un modelo para que se lo lleves al médico y te lo rellene.
  • Überweisung: Esto es un volante que te hará el médico de cabecera. En principio no es necesaria, pero nunca está de más un papelote más. En Alemania adoran los papeles, eso sí, sin pasarse ni más de los necesarios. Todo un ejercicio de equilibrio casi imposible.

El presupuesto y la plantilla para la Notwendigkeitsbescheinigung (qué palabra tan larga, cielo santo) te los facilitará la nutricionista que hayas contactado. Una vez lo tengas listo, ya se lo puedes enviar a la Kasse para que te den el visto bueno y ya puedas oficialmente pedir cita para la primera consulta. Lo más seguro es que tarden un poco hasta que te llamen.

La Kasse asume parte de los gastos de esta consulta, no es „gratis“, pero al menos te devuelven algo de dinero. Si estás en Hamburgo, prueba suerte en el Ikaneum, que pertenece al Israelitisches Krankenhaus y son especialistas en temas digestivos. Si no, puedes encontrar otras especialistas buscando en Google o por medio de la asociación DAAB que se centra en el tema de alergias en general.

Si tienes otra forma de que te asesoren sobre nutrición o ya sabes de la existencia de las dietas FODMAP y SIBO Biphasic Diet, puedes empezar a probar por ahí. De estas y otras dietas te hablaré en otro post. Si no te dan resultado, no está de más acudir a una nutricionista para que te oriente.

Otro tratamiento que está incluído es el test de alergias a alimentos. Si no recuerdo mal, la Kasse cubre cinco alimentos por mes, así que puedes pedir cita en con una dermatóloga, un otorrino o en alguna consulta que hagan estas pruebas, y empezar a hacerte los test. Algunos de los alimentos que puedes analizar los encuentras aquí.

La terapia psicológica también está incluída en tu seguro, aquí no te hace falta un volante o Überweisung. Puedes llamar directamente a las consultas y concertar la primera cita para que os conozcáis. Si hay buena vibra, entonces la psicóloga se encargará del papeleo y solicitará las primeras cinco sesiones que son de tanteo para ver cómo se desarrolla la terapia.

En cualquier caso, el sistema sanitario alemán tiene sus ventajas pero también unos grandes inconvenientes, ya que apenas hay comunicación entre los especialistas que te atienden y, al final, tus datos clínicos y sanitarios están esparcidos por toda Alemania.

Nadie lleva tu historial de forma centralizada, aparte de la Krankenkasse que tampoco sabe toda tu vida y ni le importa. Más bien le interesa lo que pagas y cuánto le cuestas.

Mi consejo es que en Alemania te guardes todos los papeles, pidas copia de absolutamente todas las pruebas que te hagan y que lleves una buena lista de Excel o una agenda bien cuidada porque te van a hacer falta. Y ante todo, no pierdas el ánimo ni la esperanza, porque el SIBO tiene remedio

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